miércoles, 23 de mayo de 2012

Fallecimiento de Mercedes, la abuelita scout

El día 22 de Mayo acabó siendo un día triste para el colectivo scout de la Región. Mercedes, viuda de Luis Molina-Niñirola, fallecía y dejaba al escultismo huérfano y triste.

Aquí os dejo unas palabras de Alonso, fundador de nuestro grupo, que le dedicó en la entrega del Premio Solidario Anónimo. Estas palabras han sido extraidas de su blog: http://lechuzaalacechoscout.blogspot.com.es/



Dª MERCEDES HERNÁNDEZ ABENZA “TODA UNA VIDA DEDICADA A LOS DEMÁS”
Hola Mercedes. Deseo agradecerte la oportunidad que me das, nos das, de poder expresarte nuestro agradecido y filiar cariño, al participar en este acto. Bienvenida, tú y tus noventa años (… perdona por mi indiscreción, pero estamos entre amigos y compañeros…).
La verdad es que para mí supone un orgullo y también un reto resumir, en solo unos momentos, lo que pienso, siento y se de tí.
Son muchos los años que tú y no solo tú, has dedicado a los demás, años que sobrepasan los que yo ya tengo, tantos que me siento no como un hijo, sino, casi, como uno más de tus nietecitos. Gracias una vez más, porque esta palabra pienso repetirla una y mil veces más y compartirla con todos vosotros.
Y comenzamos…, cómo no, con el Escultismo, el cual nos dio la oportunidad de conocernos y de compartir nuestras vidas, nuestras ilusiones, nuestro apasionante camino, nuestros compromisos, …
Baden Powel, B.P. para los amigos, nos decía en su último mensaje: “Scouts dejar este mundo un poquito mejor de cómo lo habéis encontrado” Lo que sí quiero decir que Mercedes, ella sí, ha comprendido y ha sentido ese mensaje, porque Mercedes sí sufre las situaciones que habitualmente estamos viviendo, y ante ello ha intentado, toda su vida, contribuir, desde su palabra, en muchos casos silenciosa, casi susurrante, y con sus callados actos, para conseguir que ese, nuestro pequeño mundo, sea un poquito mejor, solo un poquito mejor,…
No voy aquí a desgranar su biografía, pero sí querría destacar algunos hechos concretos y en algunos casos fruto de mi cariñosa admiración: Mercedes nace un mes de mayo del año 1919 en Murcia (una nueva y pequeñita florecilla que anuncia la llegada de la primavera). Su infancia y juventud trascurren de viaje en viaje, por los continuos traslados de su padre, ello le lleva a sentir y descubrir diferentes lugares de la España de aquella época. Vive en Vitoria, Asturias, Valladolid, Ceuta…, En Mahón, dada su creatividad y seguridad en sí misma, crea “La Compañía de teatro”, formada por los hijos de los compañeros de su padre. El éxito estaba asegurado: ¡el público eran los padres de los actores!
Estando en Mazarrón, le sorprende el 18 de julio de 1936 (Un inciso: El año 41 se suspenden las actividades de los exploradores y Luis, futuro esposo de Mercedes, se queda en el “paro scout forzoso”,…). Aquí termina el Bachiller y empieza, en Murcia, Magisterio, aconsejada por sus padres. El tiempo ha demostrado -comenta ella-, que esta decisión fue muy acertada, pues el resto de su vida ha sido consecuente con la base de su formación cristiana y pedagógica.
Antes de terminar Magisterio, ya Dª María Maroto le encargó la responsabilidad de una clase durante un curso, de igual manera que a su compañera y luego cuñada Amparo Molina–Niñirola. Además de ejercer como maestra en Sangonera la Seca, su labor en esta época, la centra en crear una escuela de adultos, talleres de costura, da catequesis, etc. Su inquietud y ganas de entrega a los demás, no tienen límites. Pero Mercedes todavía quiere más, y más, y … Plantea en casa y al cura, párroco de Alcantarilla, que tiene vocación, que desea “hacerse monja”, aunque el amor ya había llamado a su puerta… ¡Monja Mercedes! Sorpresa familiar, si Merceditas ya, … en fin, etc. Le consulta al mencionado cura, éste sorprendido, le contesta: “Merceditas, me alegra que tengas esa vocación, que Dios te haya llamado,…, pero ya sabes que, entre otras cosas, tendrás que vivir en una celda, en un convento,…, y todo esto está muy bien, pero que sepas que en la celda te estará esperando Luís”
Espaldarazo final, el amor llega, se acrecienta, y en medio de una gran alegría, de esa alegría y confianza mutua que hace que una pareja sea feliz, llega el día de la boda. Mercedes y Luis se unen, entrelazan sus manos y se ofrecen el “sí, yo quiero”. Corría el año 1947. Ambos descubren y viven un proyecto en común, el proyecto de vida que supone el intentar educar, sin dejar de ser felices, a tantos y tantos niños y niñas, todo ello, si era posible por las circunstancias ya indicadas, dentro del Escultismo.
Para esta pareja podría valer lo que se decía de aquellos reyes, “Tanto Monta, Monta Tanto, Luís como Mercedes”. Situados ambos (ya que no puedo diferenciarlos, porque para mí es imposible pensar en Mercedes sin Luís y viceversa) en pleno camino scout puedo contar alguna cosilla, no muchas porque “mis padres scouts” siempre han estado “muy calladitos”, como “hormiguitas trabajadoras”, pero en todo momento abiertos y dispuestos a todo y para todo. Vamos, comencemos: A finales de los años 60 o principios de los 70, tuve la oportunidad de mi vida, los conocí, aunque muy brevemente, en Sierra Espuña, a través de Antonio Murcia, otro antiguo scout. Recuerdo que “veraneaban” utilizando una vieja torreta de un transformador, en ella habitaban con sus tres hijos y, después supe, que allí hacían algunas actividades extrañas, léase “de los exploradores”. Esta estrecha torre, la recuerdo, muy alta y estrecha, con un gran escalón a su entrada (no se caía uno de milagro) y que tenía un pisito con el suelo de madera al cual se subía a través de una estrecha escalera. Allí estaban ellos, ensoñando que algún día sería posible hacer realidad, de nuevo, lo vivido durante la república, especialmente Luís, que era muy pequeño por aquella época.
Poco después de aquel encuentro, yo tuve la ocasión de descubrir lo que era el Escultismo (yo entonces no sabía nada de eso que llamaban “exploradores” e, incluso, me parecía una cosa bastante “anglosajona”, rara y lejana) y lo puse en práctica, primero solo y después con la ayuda de Luis. Con Mercedes todavía no tenía mucho contacto, puesto que era la Jefa de las Guías (la veía muy arriba, ¡jefa de las guías!). Aunque con ellas sí lo tenía, por eso de ser las guías (tan bonicas ellas), no faltaba más,…, así conocí a Mercedes hija, a Amalita, a Lolete, etc. Incluso un día nos dejó el salón de su casa para que bailáramos valses y aquellas cosas que eran “modernas”…)
Llegado el momento y dado que los tiempos avanzaban, pensamos que el Escultismo debería hacerse “mixto”, o sea “coeducacional”, nos planteamos los scouts, eso sí los scouts “masculinos”, que las Guías podrían integrarse en nuestra Asociación, a la sazón los Exploradores de España, A.N.E.D.E. Un nuevo reto para Mercedes. Le planteamos el tema y ella, para sorpresa de todos, aceptó, junto con su equipo de Jefas Guías, en integrarse. ¡A tanto llegaba su cariño por sus niñas! Comprendió que era necesario e, incluso, bueno para ellas integrarse con “los hombres” y configurar un nuevo camino juntos, un único camino para todos y para todas los que formábamos parte del Escultismo. Un gesto de “gran desprendimiento” Otra ocasión, en la Casa Forestal “Los Quemaos”, en Sierra Espuña. A comienzos de los años 80. Allí nos reuníamos los scouts, sin distinción, con nuestras cabezas pensantes, a rumiar agua (como decía nuestro buen amigo Antonio Sanz), a reflexionar sobre el papel que nuestro Escultismo tenía en la sociedad, el tipo de hombre y mujer que deseábamos contribuir a formar, a buscar nuevas líneas pedagógicas, etc. Hacía mucho frío, helaba, el viento cortaba…, Y cómo no, allí estaban también Mercedes y Luís, ellos calladitos pero “serviciales”, nos trajeron galletas, hicieron café, y lo mejor, nos dieron sus sonrisas y su calor.
A mediados de los 70 del pasado siglo, surgió la Asociación de Escultismo de la Región Murciana, tras un laborioso y respetuoso proceso democrático, al cual también dieron sus apoyos Mercedes y Luis que, entre otras cosas, se encargaron de nuestra Tienda Scout y a través de la misma difundían lo mejor de su saber y de su ser entre todos los/las scouts que los visitaban y que no iban solo a comprar…
Otras muchas anécdotas y hechos vividos junto a Mercedes y Luis me gustaría contar, pero el tiempo apremia y me estoy alargando tanto… pero lo hago tan a gusto… No obstante sí quiero poner en mi boca y con mis palabras expresar un mensaje, esperanzado y continuamente anhelado por nuestra Mercedes. B.P. nos dice que “El scout es amigo de todos y hermano de los demás scouts” y Mercedes aspira y desea que esto sea una realidad entre aquellos que forman nuestro movimiento scout. Aprendamos de nuestros niños y niñas, de nuestros jóvenes, ellos no aprecian las diferencias, pero sí saben descubrir aquello que nos une. Ellos y ellas buscan estar juntos, convivir, divertirse y reírse juntos, alegrarse en hermandad. Ellos y ellas sí saben lo que es el “ser scout” y saben que sin amor es imposible llegar a dejar un poco mejor este mundo, el mundo que nos ha tocado vivir. ¿Lo conseguiremos? Esto es lo que desea Mercedes, esto es lo que deseaba Luis y esto es lo que deseamos todos.
Quiero acabar con una frase de nuestro amigo Mario Benedetti “…y en la calle codo a codo somos muchos más que dos”.
Gracias, Murcia, 15 de diciembre de 2009 Alonso Rubio García Lechuza al acecho.

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