sábado, 31 de enero de 2015

Salida de Manada a la pista de patinaje de hielo - ELCHE

Apenas amanece, y con los ojos aún medio pegados nos dirigimos a los locales del grupo. A las 7h45 la Manada Rudyard Kipling se dispone a salir en “formación” tras la tradicional llamada de los viejos lobos y el aullido de los lobatos.
Pequeño viaje en autobús para terminar de despertarnos desde Espinardo hasta la estación de trenes del Carmen, una vez allí ya estamos todos bien despiertos y enérgicos, dispuestos a disfrutar al máximo del día.
Unos 45 minutos de tren, que dan para unas largas sesiones de juegos como “Los pistoleros”, el “Veo, veo”, “Encadena ideas” etc, los clásicos siempre triunfan. 




Llegamos a la estación Elx Park, llueve como si no hubiese mañana, y tenemos que buscar una alternativa a la caminata que nos separa de la pista de patinaje. ¡Pero todo va bien, seguimos con los ánimos a tope! Encontramos un autobús que une la estación con la pista de patinaje y decidimos cogerlo en esta situación excepcional.
¡Por fin estamos aquí, toca colocarse los patines: recordad, siempre una talla más de la vuestra, lobatillos! Pero antes, un pequeño almuerzo para tomar fuerzas, gracias papá y mamá por esos ricos manjares.
Ahora sí….¡llegó el tan esperado momento! Los mejores patinadores han ayudado a los menos hábiles a coger el ritmo, y entre todos hemos disfrutado de unas horas en un ambiente excepcional: muchas risas, muchas manos que se entrelazan para acompañar a los que no acaban de pillarle el tranquillo, unos cuantos rodillazos, costalazos, pero nada grave, reinan el buen humor y las ganas de pasarlo bien.






No hemos visto saltos de vals, ni loops, ni mortales atrás, pero sí que hemos podido descubrir un nuevo estilo de flamenco sobre hielo, que nada tiene que envidiarle al patinaje artístico (estos lobatos no dejan de sorprendernos).
A las 13h00 nos quitamos los patines, alguna que otra agujeta pero en las caras se dibujan sonrisas como lunas, que es lo que más nos motiva.
Aprovechando que ha salido el sol decidimos ir andando hasta la estación de tren, conseguimos permanecer en pie a pesar de las ráfagas de viento, y llegamos sanos y salvos a un parque cerca del Palmeral de Elche para llenar los estómagos antes de coger el tren.

Viaje de vuelta a las 15h33 en el que los lobatos aprovechan para jugar, reír y dormir, ¿por qué no? :)
Otro pequeño recorrido en autobús y llega el deseado reencuentro con los padres ¡que sí, que sí, que son todos vuestros, están todos sanos y enteros!
Aquí termina nuestra crónica por hoy, pero habrán más salidas, más crónicas, más fotos y más momentos que compartir con todos vosotros.

                                   ¡Haremos lo mejor!


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